SEMINARÍN JUDICIAL
Bienvenidos a este apatado, donde les ofrecemos las noticias más destacadas en el mundo jurídico con implicaciones políticas.
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13 de diciembre de 2023
Hay una nueva crisis en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el órgano al que la Constitución le encarga resolver las impugnaciones de los procesos electorales y declarar la validez de la elección presidencial de 2024. Les recuerdo que el Tribunal Electoral es muy importante, ya que es la máxima autoridad constitucional para resolver en materia electoral.
Recordarán que en alguna cápsula había mencionado que había indicios de una ruptura entre los magistrados del Tribunal Electoral, esto cuando dos magistrados no se presentaron a la sesión solemne en la que otros dos magistrados terminaban su periodo.
La anterior tensión se vio incrementada debido a que el tribunal solo está funcionando con cinco de sus siete magistrados, debido a que el Senado no ha realizado los nombramientos, al no reunirse las mayorías necesarias para ello.
Todo terminó por tronar cuando tres de los cinco magistrados, excepto Janine Otálora, no asistieron a la sesión solemne en la cual el magistrado presidente, Reyes Rodríguez Mondragón, rindió su informe anual ante el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Para entender lo que está pasando, conviene remontarnos a lo que sucedió hace no mucho en el Tribunal Electoral. Ustedes recordarán un momento muy atípico del tribunal y, en general, de la historia en la materia electoral mexicana, cuando se quiso destituir al entonces magistrado presidente José Luis Vargas. Él se negaba a renunciar, generando una crisis institucional que terminó resolviéndose, precisamente, con su renuncia.
La magistrada Mónica Soto fue la única opositora a lo anterior, sin embargo, se formó un bloque de varios magistrados con una mayoría clara para quitarlo de la presidencia. Al final del día, se designó a un interino y luego se nombró a un nuevo magistrado presidente, quedando electo Reyes Rodríguez Mondragón.
Volviendo al presente, quiero citar un famoso dicho: "el que a hierro mata, a hierro muere". Pues parece que le aplicaron la misma receta que el propio magistrado Reyes Rodríguez Mondragón aplicó para quedar como presidente del tribunal, ya que ahora tres de los cinco magistrados se unieron para comunicarle que ya no confiaban en su presidencia.
Esto ocurrió a través de la sesión pública del jueves 7 de diciembre, cuando los magistrados inconformes le comunicaron al magistrado presidente que ya no estaban conformes con su presidencia. A lo cual este les respondió que fueran a un receso de 15 minutos para discutir el tema de manera privada.
Sin embargo, el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón ya no volvió de ese receso, ni tampoco la magistrada Janine Otálora. Ante lo cual la magistrada Mónica Soto le marcó por teléfono en la misma sesión pública, a lo cual le respondió que la decisión final la comunicaría el lunes y que no volvería a esa sesión, para después colgar la llamada. Finalmente, el lunes 11 de diciembre el magistrado mediante una carta comunicó al público general su decisión de renunciar con efectos para el 2024.
No queda más que recordar que ante un tribunal incompleto en sus integrantes, la figura del presidente se vuelve muy relevante. Ya que, si uno de los magistrados integrantes faltara y se diera el caso de empates 2 a 2, el presidente del tribunal tendría mucho poder porque, de acuerdo con la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, tiene voto de calidad, es decir, su voto es decisivo para que un asunto se desempate.
Por lo visto, es probable que se quiera esa facultad, sobre todo por la que encabezó los esfuerzos por remover de su cargo al magistrado Reyes Rodríguez Mondragón, la magistrada Mónica Soto, quien, por cierto, se le vio en una foto en un restaurante con el diputado morenista Sergio Gutiérrez Luna.
Nos vemos en otra ocasión, hasta luego.